Todos
necesitamos de un lugar en el cual nos podamos sentir que pertenecemos, en el
que podamos relajarnos y ser nosotros mismos libremente. No obstante, dichos
espacios son escasos en sociedades competitivas
donde se ejerce un énfasis mediante logros individuales y cargados de estrés
debido al alto nivel de competencia. Más comunes son aquellos lugares donde se
practican deportes pero que sin embargo no ofrecen un crecimiento integral
basado en el desarrollo de la personalidad. Para aquellos quizás un poco más
introvertidos, inseguros o quienes van en busca de un campo en donde desarrollar
la creatividad así como la sensibilidad, pertenecer a un espacio donde se
trabajan actividades teatrales grupales les brinda la mejor opción. Jugar,
improvisar, actuar en pequeñas escenas o tan solo observar a sus compañeros en
un inicio, presenta al niño con nuevas formas de relacionarse con sus
semejantes y así desarrollar un mejor entendimiento de sí mismos mientras van
trabajando y creando sinergias dentro de un grupo. Lo más interesante es que se
sienten importantes y necesitados dentro del grupo.
El arte en
general nos permite hacer un trabajo introspectivo hacia nuestro mundo
emocional y sensorial pero el teatro va un paso mas allá, nos conecta también con
el otro, con un grupo. El teatro es un arte que solo funciona si se trabaja con
otros, en complicidad, respeto, coordinación y cooperación es por ello que los
más grandes representantes de dicho arte siempre mencionan que el punto
principal de su arte es el saber escuchar.
El ambiente
positivo creado al explorar sus talentos innatos mientras trabajan junto a
otros niños de una manera constructiva y creativa es un gran impulso para la
autoestima, la consciencia de grupo, el rigor, la creatividad y la
comunicación. Esas habilidades tienen un impacto fundamental en todos los
ámbitos de la vida cotidiana, como en la escuela, la vida familiar y personal o
en el mundo laboral. Según Anthony Hubert, fundador del Rocky Mountain
Conservatory Theater “Un niño involucrado en el teatro participa en un
desarrollo integral de su joven mente. Si uno aprende a estar emocionalmente
presente a una temprana edad, crecerá para ser un partícipe saludable en el
desarrollo del entramado mundial.”