viernes, 4 de mayo de 2012

Trabajar en una obra teatral desarrolla el sentido de la autoestima y el sentimiento de pertenencia.



Todos necesitamos de un lugar en el cual nos podamos sentir que pertenecemos, en el que podamos relajarnos y ser nosotros mismos libremente. No obstante, dichos espacios  son escasos en sociedades competitivas donde se ejerce un énfasis mediante logros individuales y cargados de estrés debido al alto nivel de competencia. Más comunes son aquellos lugares donde se practican deportes pero que sin embargo no ofrecen un crecimiento integral basado en el desarrollo de la personalidad. Para aquellos quizás un poco más introvertidos, inseguros o quienes van en busca de un campo en donde desarrollar la creatividad así como la sensibilidad, pertenecer a un espacio donde se trabajan actividades teatrales grupales les brinda la mejor opción. Jugar, improvisar, actuar en pequeñas escenas o tan solo observar a sus compañeros en un inicio, presenta al niño con nuevas formas de relacionarse con sus semejantes y así desarrollar un mejor entendimiento de sí mismos mientras van trabajando y creando sinergias dentro de un grupo. Lo más interesante es que se sienten importantes y necesitados dentro del grupo.

El arte en general nos permite hacer un trabajo introspectivo hacia nuestro mundo emocional y sensorial pero el teatro va un paso mas allá, nos conecta también con el otro, con un grupo. El teatro es un arte que solo funciona si se trabaja con otros, en complicidad, respeto, coordinación y cooperación es por ello que los más grandes representantes de dicho arte siempre mencionan que el punto principal de su arte es el saber escuchar.

El ambiente positivo creado al explorar sus talentos innatos mientras trabajan junto a otros niños de una manera constructiva y creativa es un gran impulso para la autoestima, la consciencia de grupo, el rigor, la creatividad y la comunicación. Esas habilidades tienen un impacto fundamental en todos los ámbitos de la vida cotidiana, como en la escuela, la vida familiar y personal o en el mundo laboral. Según Anthony Hubert, fundador del Rocky Mountain Conservatory Theater “Un niño involucrado en el teatro participa en un desarrollo integral de su joven mente. Si uno aprende a estar emocionalmente presente a una temprana edad, crecerá para ser un partícipe saludable en el desarrollo del entramado mundial.”